Ahora entiendo al abuelo de mis nietos cuando me llevaba a la playa de pequeñito y le enseñaba lo bueno de la vida… “mira, si hay algo que agradezco, es tener coche…la de buenos ratos que me ha dado.. bendito seas”, decía mientras le daba una palmadita en el capó y maldecía a todos los santos de la iglesia (uno por uno y en orden alfabético, estaba como 15 minutos para obrar tan magna blasfemia) por haberse quemado la mano.
Yo nunca lo acabé de comprender, hasta que en la década de los 50 tuve mi primer auto.. aquellos bailes de instituto que siempre terminaban en el asiento trasero de mi Buick del 68 tapizado en eskay de color amarillo.. (que precisamente en verano y para lo que hacíamos en él, no era, la verdad), y siempre con los cristales empañados y aquel tipo que jadeaba al lado del coche.. (que al final resultaba que era un corredor que se había parado para tomar aire y no un psicópata con un hacha como más de una vez habíamos pensado… pues no se han llevado leches ni nada tantos amantes del deporte nocturno…)
Bueno, por suerte ahora puedes bendecir a tu coche de verdad.. es más… si apuramos un poco y vamos más allá, podemos proponerlo como mártir.., que al precio que está la gasolina y con esas medidas que se están tomando para el cambio de velocidad (ya nos pondremos de acuerdo, ¿no?) se lo están ganando… que sé yo.. “El 7 de marzo, San Fiat 124 de Juan Campos de Móstoles… coche, que digo coche, amigo que en tantas y tantas ocasiones veló por nosotros y que murió calcinado por un cortocircuito subiendo Las Alpujarras en 15 de Agosto de 2015 a la edad de 50 años..en la flor de la vida.. dejó plaza de garaje para coche grande, precio a convenir y 2 tapacubos de Spike de 13” prácticamente nuevos”…
Si aún queréis que el forme todavía más parte de vuestras vidas, este fin de semana podéis hacerlo…”Bendecidlo, él lo haría, papá no corras”
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